No hay mal que por bien no venga, y no hay CM que no venga porque hay un mal
A excepción de unas pocas empresas, el CM se crea, se transforma y se adecua a una necesidad y muy ocasionalmente, esta necesidad es buena y responde a la de “conocer” al cliente.
Aún no he encontrado, visto u oído una empresa que busque un CM solo por el afán de “conocer” a su clientela. La mayoría (tristemente) recurren a ellos cuando necesitan solucionar preguntas del tipo:
1. Mi reputación está bajando como el IBEX 35 hace un año ¿Qué hago?
Respuesta: CM al canto
Respuesta: CM al canto
2. Como mola esto de Internet, la viralidad, que la gente cree sus productos y yo no tenga que pensar… ¿Cómo hago para saberlo?
Respuesta: CM al canto
3. Esto de Internet es el futuro, y he leído por ahí que con un CM aumentan las ventas y la satisfacción en un 200% ¿Contrato un CM?
Respuesta: Claro, además! son casi freelance
4. ¿Es necesario gastarnos miles de euros en desarrollar productos o campañas que no sabremos si serán rentables?
Respuesta: Díselo al CM y que sea el, el que pregunte
Pues si, amiguitos la triste realidad es así. A un CM sólo se le contrata cuando la empresa tiene una necesidad maligna y egoista de:
- Ahorrarse pasta
- Autodenominarse “puntera” en nuevas tecnologías
- Mejorar su reputación
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu mensaje aquí