O lo que es lo mismo. Los que tenemos una mente emprendedora y soñadora, pero que por culpa de nuestro corazón, nuestra economía, el tiempo o la falta de decisión, nos quedamos en loserpreneur y no llegamos a entre- preneurs.
Y es que sí, el miedo a lo desconocido nos puede. Y no solo a lo desconocido, sino a gastar dinero que no tenemos (perdón por gastar, quería decir invertir), la pereza de asistir a eventos de networking, de hacer papeles, de enterarte si es mejor darte de alta como autónomo o como SA, de si la monto aquí o me voy al extranjero... y sobretodo de no tener la certeza de si nuestra idea, que sólo ocupa espacio en nuestra cabeza, nos hará ser libres, vivir como Dios manda y sobretodo, levantarnos cada día con una sonrisa.
Y es que sí, que todo lo que leemos o escuchamos en periódicos, blogs, ponencias, etc nos habla del miedo, del esfuerzo, de la pasión y de la motivación y como día a día, muchos se enfrentan y lo consiguen. De como liarse la manta a la cabeza y materializar nuestra idea en el mundo real.
Y tú que como yo eres un loserpreneur piensas ¿Compensa?
¿Todo ese sufrimiento, esfuerzo, ganas, tiempo y motivación para qué? Para hacer algo mío pero que no tengo la seguridad de si se convertirá en mi gran éxito o mi gran fracaso.
Pues mira, casi que mejor y de momento lo sigo pensando.
Mientras, me siento aquí, abro mi blog y escribo estas líneas.
Cobarde es una palabra que me viene mucho a la cabeza...es normal, soy una loserpreneur.
Cobarde es una palabra que me viene mucho a la cabeza...es normal, soy una loserpreneur.
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