Escribo este post cuando son las 2.35 am y aún no he perdido las ganas de comerme el mundo.
A punto de cumplir los 30, aún no he encontrado mi lugar.
El País de Nunca Jamás. Un lugar donde la ilusión es todo lo que se necesita para salir adelante, un lugar donde los sueños se palpan, se alcanzan y se superan, un paraíso sólo alcanzable por unos pocos y soñado por tantos otros. Un país llamado Silicon Valley.
Envidia es lo que siento al pensar en un lugar lleno de pequeños garajes con camastros, conexión wifi, pizzas y comida basura. Un lugar donde no existe la discriminación; no importa tu edad, tu sexo, o tu curriculum, y donde lo único que realmente tiene importancia es la ilusión y el esfuerzo.
Allí a nadie le molesta trabajar 12,14 o 24 horas seguidas si hace falta, porque (como en los cuentos) cada persona cree en lo que hace y vive por y para ello. Personas a las que ahora envidio y que admiro.
Chavales de apenas 16 años que creen en un proyecto y no paran hasta verlo realizado, personas que al ver el trabajo de esos chavales se sorprenden y les animan a continuar, inversores que confían en ellos, empresarios que los gestionan y consumidores que los aman.
Eso es Silicon Valley, el país de mi cuento de hadas.
Eso es Silicon Valley, un sueño prohibido en España.
PD. A mis lectores disculpen las molestias, tenía que escribirlo.
Mucha suerte.
ResponderEliminarAunque, hablando desde la ignorancia... Como te buscas la vida allí a no ser que crees un proyecto?
Lo digo porqué te acompañaría, que aquí no se valora lo que allí....
Un saludo!
Por proyectos no te preocupes, sólo necesito alguien que me anime a coger esas maletas. Nos vamos?
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