Como muchos ya sabréis, la mayoría de las comunidades virtuales no alcanzan el éxito que se proponen y en ocasiones, ni siquiera tienen claro cómo evaluar si la comunidad ha sido un éxito o un fracaso.
Según Allen, Ure y Evans (2003) el proceso de evaluar una comunidad virtual es bastante complejo ya que la mayoría de los beneficios de las comunidades virtuales son difíciles de evaluar y proceden de beneficios emocionales, sociales, pertenencia, reconocimiento. Actualizando el concepto, podríamos referirnos a los Fans de Facebook, esa gente que es fiel pero que aún no ha demostrado ser rentable en campañas de adquisición a través de las redes sociales
Wenger y Snyder (2000) aseguran que parte de la complejidad en reconocer los beneficios de las comunidades es que su efecto no se aprecia en el momento, ni en las comunidades mismas, si no en el trabajo en situaciones futuras.
Hay dos escuelas de pensamiento sobre cómo evaluar una comunidad virtual, una basada en métricas cuantitativas y cualitativas y la otra, en la identificación del propósito de la comunidad.
De momento sólo hablaré de las métricas cuantitativas, siempre son más fáciles de medir, interpretar y poner remedio para que nuestra comunidad no caiga en el olvido.
Cuantitativamente podemos medir
• Número de participantes de la comunidad
• Tiempo invertido por participantes de la comunidad
• Crecimiento en número de participantes de la comunidad
• Número de correos electrónicos o discusiones enviadas, RT, compartir, etc
• Número de objetivos de la comunidad
• Número de participantes activos y los que regresan a utilizar la comunidad
• Número de nuevas ideas generadas con la comunidad
Para ello se utiliza software específico que combina las variables y permite concluir: La variable más importante, no es el nº de visitas sino el tiempo invertido de cada una de ellas.
O como yo concluiría, la FIDELIDAD
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu mensaje aquí